martes, 14 de diciembre de 2010

Yacimientos arqueológicos y los tejidos de seda.

 La aparición de seda en núcleos arqueológicos muy distantes de su ceca de procedencia, evidencian la fascinación que dicho tejido ejercía sobre las más diversas culturas y demuestra el conocimiento incipiente del material que tuvo su origen en una ruta de la seda pretérita. 
 Voy a mostrar algunos de los yacimientos donde han aparecido conservados tejidos de seda, reservándome para otro momento la arqueología china...

 Egipto XXI Dinastía, una momia del Valle de los reyes (1070 a 945 a. C.).
 Han sido encontrados unos filamentos de seda en los cabellos de una momia de esta época. 


 Cultura celta del Hallstatt (700-500 aC). Fortaleza Heuneburg, túmulo Hochmichele (Alemania). 
 Como todo oppida de este período, en los alrededores existían una serie de enterramientos, uno de ellos fue saqueado en tiempos antiguos, pero debajo existía otro aún intacto. Era un enterramiento doble con gran cantidad de ajuar, en el que apareció diverso tejido muy elaborado de seda, que no podría proceder si no de China, seguramente traido por los hititas. Esto demuestra la influencia oriental que en sus primeras etapas tuvo la cultura céltica.
 



 Los romanos y la seda.
 El comercio con el Imperio romano, confirmado por la moda romana que utilizaba seda, empezó desde el siglo I a. C. Si bien los romanos conocían la seda salvaje, cultivada en Cos, en un principio no hicieron la conexión con la seda que también se producía más al oeste, en el reino Sarikol de la Cordillera del Pamir. No existieron contactos comerciales directos entre los romanos y los chinos Han, debido a que los rivales partos y kusháns cuidaban celosamente su lucrativo rol como intermediarios comerciales.
 Resulta muy revelador el escrito de Plinio el viejo sobre el origen de la seda:

La larva [de la 'bombyx'] entonces se convierte en oruga, después de lo cual asume el estado en el cual es conocido como 'bombylis' y, luego, 'necydalus'; después de ello, en seis meses, se convierte en un gusano de seda. Estos insectos tejen redes similares a las de la araña, el material de las cuales es usado para producir las prendas más costosas y lujosas de las mujeres, conocidas como 'bombycina'. Panfila, una mujer de Cos, hija de Platea, fue la primera persona que descubrió el arte de desentrañar estas redes y tejer un tela a partir de allí; de hecho, ella no debe ser privada de la gloria de haber descubierto el arte de hacer vestidos que revelan los encantos de una mujer al mismo tiempo que la cubren.
Plinio el Viejo, Naturalis Historiæ, XI, 26

 El Senado romano emitió, en vano, varios edictos para prohibir el uso de seda por motivos económicos y morales: la importación de seda ocasionaba una enorme salida de oro y las vestimentas de seda eran consideradas decadentes e inmorales:
Puedo ver los vestidos de seda, si los materiales no ocultan el cuerpo ni siquiera la propia decencia, no se pueden llamar ropa ... Desdichadas bandadas de criadas trabajan para que las adúlteras puedan ser visibles a través de sus delgados vestidos, para que su marido no tenga mayor conocimiento que cualquier extranjero o forastero sobre el cuerpo de su mujer.
Séneca (c. 3 a. C.–65), Diálogos, vol. I