sábado, 12 de febrero de 2011

Poesía y seda (I).

Decía el gusano: -«Yo hilando con pena
»mis pobres entrañas -produzco la seda;
»los vanos adornan sus cuerpos con ella.»-
-«Mi obra es más útil -replica el poeta;-
»yo hilvano mis sesos; -yo labro sentencias;
con ellas se aliñan -las almas discretas.»-

El gusano de seda y el poeta
de Felipe Jacinto Sala.
Tenías un rebozo en que lo blanco
iba sobre lo gris con gentileza
para hacer a los ojos que te amaban
un festejo de nieve en la maleza.
Del rebozo en la seda me anegaba
con fe, como en un golfo intenso y puro,
a oler abiertas rosas del presente
y herméticos botones del futuro.
(En abono de mi sinceridad
séame permitido un alegato:
entonces era yo seminarista
sin Baudelaire, sin rima y sin olfato).
¿Guardas, flor del terruño, aquel rebozo
de maleza y de nieve,
en cuya seda me adormí, aspirando
la quintaesencia de tu espalda leve?

Ramón Lopez Velarde